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La joyeria contemporanea

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Cuando hablamos de joyería contemporánea, ya no nos referimos exclusivamente a ornamentos corporales realizados con plata, oro, otros metales y piedras preciosas. Es cada vez más común encontrar complementos, como anillos u colgantes, por citar algunos, realizados con materiales qué en la historia de la joyería no han sido considerados nobles o dignos de tal nomenclatura. Si tenemos en cuenta la proliferación tecnológica y las diversas modas y tendencias en occidente en los últimos años podemos encontrar un tipo de joyería que se adecua a un público que se interesa por otros componentes dentro de la joya, que los interpreta más allá del metal con el cual fue realizada, que valora su confección y establece un vínculo identitario a través de su forma, sencillez, precio y comunicación. El valor de la joya, no se remite únicamente a sus materiales ni en el momento en qué llego a nuestras manos, sino que es una valúa en crecimiento, que se nutre de recuerdos y emociones, de las experiencias vividas en las ocasiones que nos acompaño. Es un valor que crece constantemente a medida que nos vamos apropiando de ella, y se transforma, podríamos decir, en una extensión de nuestro cuerpo, camuflándose entre la invisibilidad y eterna presencia.>

Joyeria textil

Se  usan de día, de noche. Grandes o pequeñas. Dan un toque diferente, autóctono, romántico, rústico, antiguo, chic, definitivamente personal. Y marcan tendencia. La joyería textil, realizada con antiguas y nuevas técnicas, hecha con materiales cotidianos y no convencionales, es la actual propuesta de la joyería contemporánea de autor que cada vez gana más adeptos acá y en el mundo. Un dato: en la última feria Schmuck de Alemania, la más importante de joyería contemporánea, participaron 66 joyeros, entre ellos tres artistas argentinas elegidas por sus piezas textiles. Piezas únicas y súper modernas. Fusionar lo autóctono y lo contemporáneo. Esa es la búsqueda de Graciela Lezcano. Su colección Fwi, que en lengua wichi quiere decir junto, está integrada por piezas únicas de plata y fibra de chaguar. “Deseo mostrar los contrastes entre el diseño contemporáneo y las raíces prehispánicas de mi tierra. La fibra de chaguar es preparada por artesanas wichi usando las mismas técnicas de sus antepasados. El proceso comienza en el monte con la recolección de las hojas de caraguatá. Se prepara el hilo y se tiñen naturalmente”, cuenta Lezcano, salteña de origen, porteña por adopción. Toda su vida se dedicó a la biología hasta que se retiró y entró en el mundo de la joyería. “En los últimos años la joyería textil empezó a ser valorizada -opina-. Es para mujeres de todas las edades. Y también para hombres”. Ornamentos,  amuletos, objetos de deseo. Así define su colección Gabriela Horvat. Con  técnicas de cestería precolombina crea piezas únicas de lana de oveja con  centro de cobre para invierno y colgantes de seda natural y plata 1000(que  es más flexible), para el verano…>