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Feria de Artesanos de Belgrano

Feria de Artesanías y Plástica Manuel Belgrano. Todos los fines de semana y feriados a partir del mediodia.

La Feria de Belgrano es un paseo ideal para ver y adquirir artesanías de variado tipo. Una solución para tus regalos.
Todos los puestos son de ARTESANOS creadores, por lo que compra directamente al productor.
Historia:
En la segunda mitad de los setenta aparece en Buenos Aires un fenómeno alternativo que crece en los jóvenes con inquietudes.
Es tiempo en que las actividades creativas y expresiones del arte se fusionan y entrelazan.
En la artesanía se recuperaron oficios y se inventaron otros, fusión, mezcla que se ofreció en calles y plazas.
La nueva visual se construyo con materiales y técnicas tradicionales, mas otras transformadas y recicladas.
La artesanía urbana es producto de su medio, la característica de una época y lugar que deja su impronta en el producto.
Hoy, la artesanía urbana se manifiesta aquí
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Nitruracion de metales

La nitruración es un tratamiento térmico empleado para el endurecimiento superficial de ciertas piezas, principalmente aceros. Es especialmente recomendable para aceros aleados con cromo, vanadio, aluminio, wolframio y molibdeno, ya que forman nitruros estables a la temperatura de tratamiento. Son estos nitruros los que proporcionan la dureza buscada. Durante la nitruración, la pieza sometida ve aumentada su dureza superficial mediante el aporte de nitrógeno a la misma en una atmósfera nitrurante, principalmente compuesta de vapores de amoníaco descompuesto en nitrógeno e hidrógeno.

En esta descomposición, el nitrógeno, más denso que el hidrógeno, se desplaza hacia la zona inferior de la cámara, entrando en contacto con la pieza y formando nitruros de hierro (compuesto duro y frágil) en su superficie. La penetración de este tratamiento es sumamente lenta, del orden de un milímetro de espesor por cada 100 horas de duración, aunque después de esto la pieza no precisará de temple. Este tratamiento se realiza generalmente en hornos eléctricos a temperaturas del orden de los 500ºC, por cuya cámara circula el gas de amoníaco. Tanto la temperatura como la concentración del gas en amoníaco deben mantenerse constante durante todo el proceso. Además, en caso de existir alguna parte de la pieza que no se desee nitrur se introducen dichas partes en una solución de estaño y plomo al 50%, que evitará que la atmósfera de nitrógeno les afecte. La preparación previa al proceso consistirá en la limpieza de la pieza mediante, por ejemplo, ultrasonidos en un baño de alcohol. También se purgará la atmósfera del horno durante su calentamiento, haciendo circular un caudal de nitrógeno con un volumen igual a 100 veces el volumen del horno. Así, se asegura la eliminación de la humedad absorbida en el tubo de cerámica y, si se introduce la muestra en el horno durante la fase de calentamiento, pero fuera de la zona caliente, se aprovechará dicho caudal para eliminar también la posible humedad existente en ella. Para la mejor manipulación de la muestra, se  introducirá previamente en una naveta de aluminio. Cuando el horno alcance la temperatura de tratamiento, se mueve la pieza a la zona caliente evitando la contaminación de la atmósfera del horno, y se procede a la aplicación del tratamiento.

Una vez se haya aplicado el tratamiento completo, el enfriamiento se hará siempre bajo una atmósfera controlada para evitar la contaminación superficial u oxidación de la pieza. Existen otras maneras de nitrurar una pieza. Un ejemplo de ello es la nitruración líquida, que se emplea en el rango de temperaturas entre 815 y 850C.

La nitruración líquida se realiza en un baño de sales fundidas compuesto de una mezcla típica de sales de sodio y potasio. El contenido de cianuro en todos los baños de nitruración es responsable de acción nitrificadora y la relación de cianuro a cianato es fundamental. Los baños con contenido de cianuro usados pasan por un proceso de envejecimiento que genera productos de oxidación indeseables. El envejecimiento reduce el contenido de cianuro del baño e incrementa el contenido de cianato y carbonato. Otro método es la plasma-nitruración, en donde el sustrato se conecta como cátodo y es expuesto a altas temperaturas a un plasma de nitrógeno hidrógeno. Con esto al comienzo se quitan óxidos e impurezas superficiales y después los iones de nitrógeno se integran en la estructura del metal cerca de la superficie, obteniéndose como resultado un aumento en la dureza de la superficie. Adicionalmente en muchos casos se mejora las propiedades de deslizamiento y la resistencia a la corrosión. Además e aceros también se pueden plasma-nitrurar el titanio y el aluminio. También se denomina nitrurada luminiscente. Generalmente, la  nitruración se aplica a piezas que vayan a sufrir grandes cargas y fatiga,  como pistas de rodamientos o camisas de cilindros, por ello se buscará  la mayor dureza superficial posible pero también un núcleo con cierta  plasticidad. Es por culpa de esta resistencia que las piezas son mecanizadas, templadas y revenidas antes de ser sometidas a la nitruración. En cuanto a la aptitud de una aleación para ser nitratada, tenemos que el tratamiento es aplicable a aleaciones con una concentración de aluminio de aproximadamente 1% en peso (estos aceros aleados nitratados se llaman Nitralloy), aceros inoxidables, aceros al cromo-níquel y algunas fundiciones al aluminio o cromo. No emplearemos el tratamiento en aceros al carbono, ya que la penetración es rápida y puede provocar el desprendimiento de la capa nitratada. La nitruración es, en general, uno de los tratamientos de endurecimiento  superficial más baratos y que menos equipamiento requiere.

Nitruración gaseosa: La nitruración gaseosa se realiza en hornos de atmósfera controlada en los que la pieza se lleva a temperaturas entre 500 y 570ºC en presencia de amoníaco disociado. Este proceso se basa en la afinidad que tiene los elementos de aleación del acero por el nitrógeno procedente de la disociación del amoníaco. –

Nitruración en baño de sales: La nitruración en baño de sales se realiza a la misma temperatura que la nitruración gaseosa, entre 500 ºC y 570ºC. Para ello se introduce la pieza en un baño de sales fundidas compuesto por cianuros y cianatos en estado fundido. Durante este tratamiento, el material absorbe C y N del baño. Dadas las bajas temperaturas a las que se opera, la carburación es muy pequeña, dando paso a la nitruración. Así, se forma una capa cuya composición química es de un 25% de carburos  (FesubxsubCsubysub) y de un 75% de nitruros de hierro . –

Nitruración sólida: En la nitruración sólida las piezas se colocan cubiertas por una pasta de sustancia nitrurante que se eleva a una temperatura entre 520 ºC y 570ºC durante 12 horas.  –

Nitruración iónica o por plasma: Es un tipo de nitruración gaseosa dirigida a aumentar la velocidad de difusión del N y reducir el tiempo de tratamiento. Se realiza dentro de un reactor donde se ha hecho vacío antes de introducir los gases de nitruración. Estableciéndose un circuito eléctrico en el que la pieza a nitrurar es el ánodo, por efecto del calor el Nitrógeno molecular se descompone e ioniza. Con ello se produce la difusión del N por la superficie y la consiguiente formación de nitruros. Otros gases presentes y que actúan como soporte son el gas carburante,   Protección contra la nitruración Cuando se quiere conservar blandas ciertas superficies de una pieza que va a ser  nitratada, se protegen esas partes con una película de estaño. Si es posible, se sumergen las partes que se quieren conservar blandas en un baño de aleación compuesto de 60% de plomo y 40% de estaño, fundida a 400° aproximadamente. Cuando se ve que está bien adherida la capa protectora, se sacan las piezas del baño y se les quita todo el escaño sobrante, con un cepillo de alambre. Conviene que no quede ningún exceso de estaño, porque como el punto de fusión de estas aleaciones es bastante inferior al de la temperatura de nitruración (500°), cualquier particular que haya quedado sobrante en la pieza goteara o se deslizara sobre las superficies que deben endurecerse y aparecerán luego zonas blandas. En el caso de que la zona que se desea proteger no se pueda sumergir en el baño de estaño, se utiliza un  soldador de cobre o un soplete de gas para aplicar el estaño.

Previamente se limpian las superficies a proteger con una disolución que se prepara en la siguiente forma: se diluyen 1500 cm³ de ácido clorhídrico en 750 cm³ de agua, luego se disuelve en esta solución la mayor cantidad posible de Zinc y después se añaden 30 a 60 g de sal de amoniaco, filtrando cuando se enfría la  mezcla. Como ésta es corrosiva, es necesario después de aplicar la capa de estaño lavar con agua caliente todas las partes que se hayan mojado con ella. El estaño electrolítico da también resultados bastante satisfactorios, y es suficiente una película de 0,025 mm de espesor. También se pueden proteger las superficies que deben quedar blandas, recubriéndolas con una pintura preparada a ver en la siguiente forma: Cinco partes de polvo muy fino de estaño; dos partes de polvo muy fino de plomo, 5 partes de óxido de cromo verde. Los elementos se mezclan y almacenan en seco y se preparan pequeñas  por ciudad de pintura, diluyéndola en el momento emplearla, en la solución  ácida que hemos citado para el procedimiento anterior. Se mantiene esta  mezcla bien agitada, aplicándola en las partes a proteger mediante un cepillo pequeño. Es conveniente, que en el momento de ser aplicada la pintura, las superficies de las piezas estén calientes, para que se seque la pintura rápidamente. Conviene efectuar la nitruración inmediatamente, pues como la pintura es higroscópica, existe el peligro de que en contacto con la atmósfera se humedezca y origine corrosiones en las superficies de las piezas si permanece largo tiempo de esa forma.

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Tipos de engarce en joyeria

Existen garras de muchas formas y con diferentes tipos de puntas. Los engarces más comunes llegan a utilizar tres, seis o incluso ocho. Las puntas de las uñas deben ser redondeadas y lisas para disminuir las posibilidades de engancharlos en la ropa o en el cabello. Esta técnica se utiliza en muchas joyas clásicas y es común encontrarla en los anillos de compromiso solitarios.

Consiste en una banda de metal que rodea los lados de una piedra preciosa y se extiende ligeramente por encima de ella. Los antiguos biseles generalmente rodeaban toda la circunferencia de la piedra, pero los más modernos sólo rodean una parte. Este fue el primer método de ajuste de piedras preciosas en joyería y suele considerarse como el más seguro porque protege muy bien a la piedra del roce o de posibles golpes. Debido a esta característica, es muy recomendable para joyas de uso diario. Otra de las ventajas de esta técnica es que un bisel bien diseñado puede ser muy atractivo y agregarle valor a la pieza.

Por lo general, estos engarces son más caros ya que requieren más metal que otros. Además, el ajuste tiene que ser hecho a medida para adaptarse a las características de la piedra. Por otro lado, como el metal cubre ligeramente a la piedra, se puede ver afectada la luz que llega a la misma.

Se denomina engarce de carril a un tipo de engarce por el cual las piedras se ubican en línea, sostenidas por dos guías o canaletas, produciendo un interesante efecto visual. No tiene sujeciones intermedias y por su construcción es difícil que se afloje. Las piedras usadas con este tipo de engarce pueden ser redondas, cuadradas o rectangulares.

Engarce de grano

Es el engarce más utilizado para piedras pequeñas. Para realizar este tipo de engarce se hace un orificio con una mecha, en el cual asentará la piedra. Luego, se ensancha el agujero con una fresa del tamaño de la piedra para que la misma se ajuste perfectamente. Posteriormente, con un buril en forma de uña (inglete) se levanta un grano en cada vértice de la piedra o en forma de cruz para las piedras redondas, hasta que el metal levantado se recuesta levemente encima de la piedra, sujetándola.

Se llama “engarce de grano” porque los pequeños trozos de metal que sujetan las piedras dan la apariencia de pequeños granitos. Estos granos, además de sujetar a la piedra por la corona, tienen un uso decorativo ya que el engarzador puede hacer diferentes diseños distribuyéndolos uniformemente.

Este tipo de engarce suele decorarse con una herramienta conocida como “milgrif” o “milgrif”, que aporta textura al metal adyacente dando la sensación de estar rodeado por una hilera de pequeños granos. Esta práctica es muy común en las piezas de estilo antiguo y además de un recurso estético, resulta un buen método para disimular defectos en el engarce.

Engarce invisible

Este tipo de engarce es el más complejo de todos. Las piedras, de corte cuadrado, parecen “flotar” por encima de la pieza. Pero el hecho de que ningún metal sea visible no quiere decir que la piedra se pegue: la estructura metálica por debajo la sostiene firmemente.

De este modo, el montaje está completamente oculto y la gema parece no estar sostenida por nada. Una vez que las ranuras se cortan, las gemas se deslizan sobre rieles de metal para mantenerlas en su lugar. El principal objetivo es lograr un flujo continuo, un efecto de espejo.

Engarce pavé

Es parecido al engarzado en grano pero se diferencia en que los granos ajustan a más de una piedra. Se utiliza para cubrir grandes superficies de una joya con piedras pequeñas.

Para realizarlo se colocan las piedras en perforaciones previamente taladradas en el anillo. Luego, las mismas son colocadas en fila para llenar el espacio, buscando minimizar la visibilidad del metal y maximizar el brillo de las piedras. Después de que están situadas en su hueco, los pedacitos diminutos de metal de la superficie son empujados sobre el borde de la piedra.

Algo común con este tipo de engarce, es utilizar metal y piedras de un mismo color para aumentar la sensación de que la totalidad de la superficie está cubierta de piedras. Al haber muchas piedras pequeñas juntas y cerca de la superficie de la pieza, la joya parece haber sido “pavimentada” con piedras. De allí su nombre.

Este tipo de engarce suele utilizarse para joyas con diamantes y piedras facetadas y es especialmente popular en anillos y colgantes, aunque también puede utilizarse con piedras económicas como las circonitas. Exige un trabajo artesanal del engarzador que tiene que ser muy cuidadoso y debe lograr un perfecto equilibrio entre las piedras, colocando primero las más grandes y luego las más pequeñas, pero desde hace ya muchos años existen métodos para realizar este tipo de piezas de manera seriada.

Engarce de tensión

Con este tipo de engarce la piedra queda como “flotando” dentro de la banda del propio anillo. Como la piedra se sostiene por la presión ejercida por la fuerza del metal, se utilizan aleaciones con las propiedades necesarias para permitir mantener la gema en su lugar, ya que cualquier deformación o dilatación podría llevar a la pérdida de tensión en el engarce, con consecuencias indeseadas. El metal más utilizado para los anillos de tensión es de titanio debido a su fuerza natural y durabilidad, pero muchos joyeros también ofrecen diseños en platino, oro blanco, oro amarillo y acero inoxidable.

A diferencia de los engarces más típicos, en este caso la piedra se mantiene sólo a través de dos puntos de contacto (en el de garras por tres, cuatro o más). Se deben utilizar piedras duras y resistentes a la presión, como los diamantes y los zafiros. Además, sólo las gemas de alta calidad pueden ser seleccionadas para los diseños de este tipo ya que la piedra queda bien visible y no hay manera de disimular las imperfecciones. Sin embargo, en algunos casos este tipo de engarce puede ayudar a mejorar el color de una gema debido a la luminosidad que recibe la misma, proporcionándole mayor brillo

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El engarce en joyeria

El engarce es la técnica que se utiliza para sujetar las piedras a las piezas de joyería, de manera que queden perfectamente seguras y, al mismo tiempo, muestren todo su esplendor.

Existen muchas formas de engarzar y el tipo de engarce a utilizar dependerá de diversos factores, como el tipo de piedra o el material con que esté confeccionada la joya y su diseño. Un engarzado de calidad resaltará el valor de las gemas y de la pieza en general. Por el contrario, un mal engarce puede significar la pérdida de una piedra con el primer golpe o al poco tiempo de uso. Los tipos de engarces también varían de acuerdo a la época y al estilo del profesional que realice esta tarea.

Este es uno de los factores más importantes a considerar a la hora de elegir una pieza de alta joyería, aunque el engarce se utiliza en piezas de todos los rangos de precios. El tipo más popular de engarce suele ser el de grifas, porque es el que más resalta las piedras, y el de bisel, por ser considerado uno de los más seguros.

Es uno de los engarces más tradicionales y consiste en sostener la piedra por medio de uñas, garras o grifas que varían en cantidad, forma y tamaño dependiendo de las dimensiones de la piedra. Para hacer un engarce de este tipo, la piedra se inserta en tres o más uñas de metal que forman una base de cesta. Posteriormente, los extremos de estas se doblan apoyándose contra la gema para sujetarla. Es importante que la base tenga la forma de la piedra y que sea lo suficientemente resistente para que al doblar las garras pueda sostenerla con firmeza.

Este engarce se utiliza para darle una mayor importancia a la piedra preciosa que al metal. Es ideal para piedras facetadas puesto que es el que mejor aprovecha la iluminación de las mismas. Generalmente es utilizado para las piedras principales de una joya, que suelen ser las de mayor valor. El hecho de que use la menor cantidad de metal para sostener a la piedra es una ventaja pero al mismo tiempo también una contra. Si bien permite que más luz alcance la gema, esta queda más expuesta a posibles golpes y arañazos. En este tipo de engarzado, la calidad del ajuste es muy importante puesto que la pérdida de una garra puede significar la pérdida de una piedra valiosa