Según Ananina, los principales centros de joyería en Rusia se encuentran concentrados en Moscú, San Petersburgo, Kostromá y Yaroslavl. Además, los diamantes de Yakutia, las joyas de inspiración étnica y las creaciones de los talladores de los Urales reciben galardones en las exposiciones internacionales más importantes.
No obstante, Ananina señala que los rusos a menudo no tienen la oportunidad de conocer las obras maestras de la joyería contemporánea que se están creando en el país y, por tanto, desconocen los logros que se van alcanzando en el sector.
Según sus estimaciones, el 20% de lo que producen las firmas rusas de joyería son piezas exclusivas y el 80% restante es producción destinada al gran público, esto es, para el consumidor de ingresos medios o bajos.