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La crisocola o turquesa peruana

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La crisocola es una mineral de formación secundaria, se forma en la parte superior de los yacimientos de cobre, la llamada zona de oxidación, por lo que es fácil encontrar la crisocola asociada a otros minerales del cobre como son la cuprita, azurita, malaquita y otros muchos minerales secundarios del cobre, como la limonita. Esta característica hizo que fuera usada por los mineros de la antigüedad como indicador en la superficie de yacimientos de cobre.

La Crisocola se encuentra generalmente formando masas Botroidales o redondeadas y cortezas, o obturaciones de venas. Debido a su color claro, a veces es confundido con la turquesa.

Entre los lugares con mayores depósitos de Crisocola localizados se encuentran Israel, República Democrática del Congo, Chile, Cornualles en Inglaterra, y Arizona, Utah, Idaho, Nuevo México y Pensilvania en los Estados Unidos.

Su nombre proviene del griego chrysos, «oro», y kolla, «pegamento», en alusión al nombre del material que usaban para soldar el oro en la antigua Grecia. Los primeras crónicas que hablan de su uso lo datan en torno al año 315 a. C. Teofrasto alude a la crisocola como elemento para soldar el oro.>

El lapislázuli es una piedra semipreciosa compuesta por los minerales lazurita, silicato cálcico complejo que le proporciona el color azul característico, wollastonita y calcita, que producen el veteado gris y blanquecino, y pirita, que produce los reflejos dorados.

Tiene peso específico de 2,4 y dureza de 5,5 en la escala de Mohs. Brillo vítreo y fractura concoidea. No es atacable por el ácido clorhídrico, hecho que facilita su diferenciación de otras rocas como la azurita que «efervesce» al reaccionar con ácido clorhídrico diluido (10 %).

Prácticamente todo el lapislázuli utilizado en la antigüedad en Eurasia se obtenía de minas situadas en las montañas occidentales Hindukush de Afganistán, las cuales todavía son explotadas con procedimientos muy similares a los utilizados hace miles de años. Además de encontrarlo en Afganistán, hay otros depósitos en Alemania, Angola, Canadá, Chile (norte), los Estados Unidos (California y Colorado), Birmania, Pakistán y Rusia (lago Baikal).

El yacimiento chileno Flor de los Andes —ubicado a 3600 metros de altura, en la cordillera de Ovalle, al este de Tulahuén, en la comuna de Monte Patria— fue encontrado a mediados del siglo XX. El descubrimiento de una piedra en forma de punta de flecha construida en lapislázuli en las cercanías de este lugar ayudó a descubrir en 1921 que esta roca era probablemente conocida en los tiempos prehistóricos de América por los diaguitas y otras culturas precolombinas.